El pasado 23 de marzo tuvimos la suerte de poder acompañar a Samu y Carmen en el día de su boda. Para los que conocen a Samu se hace raro que de este paso, pero para los que lo conocemos bien sabemos que si lo hace es porque esta muy seguro y porque lo siente, como se podía leer en su cara durante toda la jornada. Un evento lleno de sentimientos, complicidades y buen humor, una boda donde los nervios no están a flor de piel, donde todo se toma con calma y tanto los familiares y amigos invitados como los propios recién casados disfrutan de cada uno de los minutos de este día tan especial.
Tarde lluviosa y cielo encapotado cuando llegamos al Hotel Don Manuel de El Ejido, pero nos daba igual porque todo el evento se celebraba en las instalaciones de su interior. Novios e invitados alojados en sus habitaciones están libres de viento, lluvia o controles de alcoholemia.
Primeros estuvimos con Samu, tranquilo como le gusta a él, pecho descubierto al principio mientras despierta a su sobrino que se ha quedado en la cama «traspuesto». Traje oscuro elegante y cara sonriente… el que no se lo pase bien en este día, tiene mucho que aprender.
Que si el novio está muy cómodo… nada, si la novia no se queda atrás, es más, ha tomado la ventaja de tomarse una copa mientras su habitación está ocupada por familiares, amigas, damas de honor, niñas vestidas de princesas y gente apostada en la puerta… filosofía de pareja, «a mi plin!» y qué razón tienen.

Al filo de las 7 y media de la tarde hizo su aparición Carmen en el salón de la ceremonia, todo el mundo fijó sus miradas en ella avanzando por el pasillo hasta sentarse junto a Samu al compás del piano de Javi Escobar, otro de los grandes amigos que han ido acumulando con los años.

Y después del sí quiero, baño de pétalos de rosas, aplausos, enhorabuenas y abrazos para esta pareja que se emocionó con las palabras de sus familiares y emocionaron al resto con sus gestos y miradas… Una cervecita y todo el mundo al banquete, que esto no ha hecho más que empezar!! Eso sí, es el momento perfecto de cambiarse el calzado porque más vale prevenir, que curar.

La cena fue todo un ir y venir de anécdotas, risas y gente para ir a fumar a la puerta. Como todas las bodas, pero con un buen ambiente que a veces no sabías dónde se estaba mejor. Después del tradicional corte de tarta y repartir unos regalillos, todo el mundo a la discoteca porque la pareja va a abrir el baile.

Y hasta aquí podemos leer, porque la fiesta se prolongó hasta muy tarde… o muy temprano según se mire. Enhorabuena a la pareja por este paso, por hacerlo rodeado de la mejor gente, su gente, los amigos y familiares que día a día se van cruzando en su camino y saben reconocer dónde hay algo que merece la pena. Enhorabuena por este día, por lo bien que salió todo, por la buena compañía, buenos deseos y porque esto sea el principio del resto de vuestra vida. Ah! Y no olvidarse, que tenemos que hacer el reportaje postboda en unas semanas porque vamos a sacarle partido al buen tiempo que está por llegar.

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